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Este dicho popular revela uno de los comportamientos humanos más egoístas e hipocritas: hacer un regalo o favor a cambio de otro. Es decir, basar las relaciones sociales en el interés mutuo en vez de en el amor.
Las personas que practican esta doctrina social son fácilmente reconocibles, pues presentan unos síntomas comunes
Para no ser victimas de este mal social deberíamos no regalar por compromiso ni por interés y tener la fortaleza psicológica suficiente como para aceptar que nos consideren unos seres sociales “raros”.
Finalmente, ¿no es mejor regalar cuando apetece, aquello que apetece y sin esperar algo a cambio? Hay quien dice que “nadie regala nada porque sí” o que “siempre se da algo a cambio de algo”. Sin duda alguna se están refieriendo a si mismas, sin embargo algo de verdad tienen sus palabras, pues las personas socialmente sanas regalan a cambio del placer que les produce regalar.
Desde hace mucho tiempo creo que los regalos es un dar y un devolver.Cada vez hay más consumismo, el dia de los enamorados, el dia del padre, de la madre, las navidades.No me gusta tener compromisos con los regalos, si puedo y si quiero lo hago, aunque muy pocas veces, aún tengo compromisos.
lo de las fechas lo veo una solemne tontería, pero lo de regalar esperando algo a cambio, nó, muchas veces no se hace por egoísmo, sino como una muestra de amor o amistad, y buscamos correspondencia, que se nos de una muestra de afecto en forma de regalo, sentir que esa persona nos aprecia también. No lo veo tanto que se haga por egoísmo. A todos nos gustan las muestras de afecto.. ya sea en forma de regalo o lo que sea, pero lo del regalo está muy arraigado porque se valora más algo material que un simple beso o abrazo. Y como a lo material se le da tanta importancia, el hecho de regalar es en realidad desprenderse de dinero para transformarlo en algún detalle o sueño de la persona que queremos.
Y desprenderse de dinero en una sociedad tan materialista para cumplir el deseo o sueño de otra persona, es una especie de milagro.
Estoy plenamente de acuerdo. Puse un enlace en un artículo mío que habla de algo similar.
Estoy, por tanto, en desacuerdo con Inquieta, pues cuando regalas o amas esperando correspondencia estás actuando egoístamente. Y nada tiene que ver con que te gusten las muestras de afecto. ¡Claro que nos gusta! El problema es intentar “chantajear” a los demás dándoles cariño o regalos sólo para que ellos hagan los propio con nosotros. No puede haber relación más falsa.
Contraejemplo, te falto poner un enlace al tuyo: ¿la ayuda se da o se presta?.
De paso recomiendo la lectura de tus escritos en Contraejemplo, muchos de los cuales comentaré, pues me resultan muy interesantes.
Saludos.
DAR ??? EN EL AMOR DE PAREJA POR LOGICA TIENE QUE SER UN DAR Y RECIBIR, LO CONTRARIO EN UNO DE LOS CONYUGES SERA SIN DUDA UNA ABERRACION Y BIEN DESCONSIDERADA,PUES AQUI NO SE TRATA DE UN CANJE SINO DE UN SENTIMIENTO: EL AMOR…CUANDO LA FALLA SE PRODUZCA EN EL QUE RECIBE,Y NO CORRESPONDE…PASA A SER UN CHANTAJE PARA LA MANIPULACION…ENTONCES: MEJOR ES ESTAR “”SOLO”“”
Y qué tiene de malo el egoísmo, si va acompañado del altruísmo. Me remito al libro de Cipolla sobre la estupidez humana “Allegro Ma Non Tropo” para ahorrarme más explicación de la estrictamente necesaria. Leedlo, os divertirá e instruirá. Familiarizaos también con el concepto de egoísmo positivo de, entre otros, Niestzche. Volando a ras de suelo a la hora al elegir ejemplo: cuando tengais a una mujer en la cama, no quereis que ella tanto como vosotros disfrute y sienta la pasión? No desea ella lo mismo para vosotros? Sin beneficio por ambas partes, sin egoísmo, placer e interés por ambos lados todo se torna estéril, puro cuento y la vida resulta en un absurdo suicidio a la cristiana.
Soy de los que piensa que detras de un regalo siempre hay una intencion mejor o peor pero siempre la hay. Yo no he sido persona de hacer regalos, me los hago a mi mismo pero lo cierto y verdadero es que quien se deja sobornar con un regalo al final se arrepiente
Para mí, este dicho popular siempre lo he interpretado como el típico anuncio de “te vendo un bolígrafo y te regalo una mansión de veinte habitaciones. Precio del bolígrafo: cien millones de euros.” Nunca lo había interpretado como “te regalo esto a cambio de pedirte algún favor más adelante”.